Poemas mínimos. Instantáneas de una fugacidad que se nos escapa. Destellos. Así son los haikus. Y si respetás sus reglas métricas, mejor. Hasta Benedetti se animó a pasearse por ellos.
Te dan satisfacciones estos enanitos poéticos. Y te dan trabajo, de tan poco enanitos que son.
Si te animás: rima libre, 5-7-5 la medida de los tres versos que, como en el Aleph, puede caber el mundo. Te dedico uno...
esa paloma
relámpago de acero
en la tormenta
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