NO HAY PEOR VIOLENCIA CULTURAL QUE EL EMBRUTECIMIENTO QUE SE PRODUCE CUANDO NO SE LEE (del blog Leer porque sí)

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tarea para el hogar


Mi primera tarea en este taller. Reescribir este cuento que es casi una miniatura perfecta a partir del párrafo que empieza: "...Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Ch'eng..."

Desafío grande, porque significa respetar el minimalismo, la exactitud, el clima de misterio de este cuento chino.

La sentencia

Wu Ch'eng-en


Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.
Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.
Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron:
-¡Cayó del cielo!
Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó:
-Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.

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Al despertarse, el emperador vio las nubes encarnadas sobre el este, el reflejo rosado entre las montañas que rodeaban la Ciudad Prohibida. Suspiró...Ahí estaba el dragón de su sueño. Era sólo el amanecer, era sólo una pintura sobre el cielo.
El emperador volvió a dormirse. Tranquilo, luego de resolver el enigma que no era tal, durmió profundamente casi hasta la mitad de la mañana. Se despertó sobresaltado. Algún grito, algún ruido había quebrado su descanso. Algún destello de acero, que no alcanzó a ver. Sólo el brillo dorado del dragón sobre el trono, símbolo de su dinastía divina. Sólo los ojos profundos del dragón...antes de que el acero de la espada del primer ministro Wei Cheng le cortara limpiamente la cabeza

1 comentario:

  1. Hola, somos compañeras virtuales a través de "Encuentro" Felicitaciones, es un blog hermoso, y obviamente, por lo que veo, compartimos muchos gustos literarios ¡mucha suerte!
    María Alejandra Bosco

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